El caballero de la pixelada figura

En un lugar de Salamanca cuyo nombre acabo de olvidarme, había un chiquillo de nombre Mariano Boster. Resulta que, tan grande era la afición de Mariano por las videoconsolas, que acabó perdiendo el juicio, tal fue su chifladura, que se hizo a sí mismo llamar "Mario Bos" y, un día, decidió hacerse a la calle en compañía de su hermanita luisa (que siguiendole el juego a su hermano a cambio del primer castillo que conquistara, se hizo su ayudante), Montado en su bicicleta de la marca Oshi, para rescatar a la princesa de los melocotones Celda (que era en realidad una chica llamada Celia que vivía al otro lado del pueblo, hija del dependiente de la frutería y de quien estaba profundamente enamorado).
Salieron al amanecer de un 30 de junio caluroso, cuando eran exactamente las siete de la mañana, él iba montado en su bici verde y con un mono y una gorra rojos y su hermana en una bici pequeña y rosa, iba vestida de verde. Mariano llevaba una flor, que él aseguraba dar poderes ibncreíbles y su hermanita cargaba con las provisiones: una bolsa de chiches y dos zumos en los bolsillos de su pantalón.
Cuando eran las ocho y media, vieron a lo lejos un chaval montado en una bici amarilla con el pelo rubio, Mario Bos le dijo a su hermanita:
-¿Ves, Luisa? por allí va el caballero Cloud, montado en su gran chocobo, luchemos con él y consigamos su fortuna.- Dijo Mario Bos en un tono muy sereno, pero rápidamente su hermanita se prestó a contradecirle:

-No, Mario, él es sólo Claudio, el hijo del quesero, que va en su bici amarilla- pero Mario Bos no quiso escucharle y pedaleó con todas sus fuerzas hacia el pobre chaval con una espada de plástico y gritando:
-¡Enfréntate al poder del Arma Artema!- y Mario Bos propinó un fuerte golpe a Claudio, que le hizo caerse de la bici, acto seguido se levantó y le dió tal puñetazo a Mario que le dejó fuera de combate, su hermanita se acercó y le dijo:
-¿Estás bien, Mario? -inmediatamente, Mario, entre quejas de dolor, contestó:
-N..no, hermanita, dame una poción- su hermana, haciendole caso, lanzó el zumo al aire en direccion hacia la cabeza de Mario, y, como era de esperar, le cayó en la cabeza y el brick se reventó, de todas formas, Mario Bos se levantó como recuperado por arte de magia y le dijo a su hermana:
-Muchas gracias, ya estoy mejor, podemos continuar nuestro camino-.
Ya cerca de las ocho de la mañana, llegaron hasta un parque de juegos donde había una caseta y un tobogán en el que estaba jugando unos niños, Mario se acerco y dijo:
-Mira, en ese castillo esté el malvado Browser, que tiene raptada a Celda, hemos de derrotarle para rescatar a la princesa- su hermana, en otro intento de devolver al mundo real a su perdido hermano, volvió a intentar esclarecerle la situación con sus palabras:

-¡Pero qué dices!, solamente es el hijo del informático, al que llaman Browser porque se pasa el día buscando cosas por internet- resultó ser otro intento fallido, ya que Mario se bajó de la bici y subio por el tobogán con el fin de derrotar a Browser, al que tiró por el tobogán causándole un chichón, suerte que no le pasó nada, simplemente bajaron, cogieron las bicis y continuaron.
Cuando eran las doce y media, las provisiones escasearon y volvieron a su casa, donde su madre le castigó sin salir más a él y a su hermanita, pero Luisa, viendo que en el primer viaje no habían conseguido nada, fue hasta su cuarto a escondidas y le instó a salir y allá que fueron, el segundo viaje comenzó a las cinco de la tarde.

Continuaban Mario Bos y su hermanita sus andanzas para volver a intentar rescatar a la princesa Celda.
Ya a las siete de la tarde, se encontraron con un misterioso chico con el cabello gris y largo, que blandía una espada de considerable tamaño, el chico se les acercó y les dijo:
-Soy Sephirot, y vengo a proponerte un reto- la contestación por parte de Mario no se hizo de rogar:
-Dime, oh, gran y poderoso Sephirot, cuál es el reto que me propones- dijo, otra vez con gran solemnidad.
-Te propongo un duelo con nuestras espadas, si ganas, me iré y serás el mejor guerrero, si gano, volverás a tu casa y acatarás a tu madre.
-Acepto- dijo Mario Bos y, acto seguido, comenzó el combate,ambos blandían armas de goma, el primer ataque de Mariano fue rápidamente correspondido con otro golpe de espada, que sin fortuna, impactó en la hermana pequeña de Mario, que se enfureció tanto que su segundo golpe hizo que Sephirot cayera derrotado, y, como habían acordado, el se retiró. El chico no era otro que su hermano mayor que estaba cursando bachiller, mandado por su madre para que Mario regresase, pero tal fue su mala suerte que decidió ir pensando en otro plan.
Alas diez de la noche llegaron a casa de Celda, Mario intento escalar para subir, se cayó y se dió un grn golpe, su segundo "plan maestro" fue tirarle piedras a la ventana, pero arrojó una demasiado fuerte y rompio el cristal de la habitación de Celia, que se asomó y le dijo un par de cosas, la reacción de Mario fue inmediata:
-¿Te has dado cuenta de lo que ha pasado? La bellísima princesa Celda ha sido hechizada, debemos hacer algo. En ese instante, su hermano mayor pasó a su lado vestido de otra forma y al grito de:
-¡Pócimas de amor! ¡ vendo pócimas de amor!- Mario no pareció darse cuenta pero su hermanita sí, así que le dijo a Mario:
-¡Hermano! ¡Que hay un tipo vendiendo pócimas de amor!-Mario, que esta vez sí se percató, corrió a decirle al vendedor:
- Deme una pócima de amor, por favor-
Claro que sí, son 500000 guiles- Mario, al carecer de tal cantidad de dinero de ese mundo fantasioso de los videojuegos lo intentó de otros modos.
-¿ No hay ninguna otra forma de comprarte una pócima ?-
- Bueno, si me ganaras en un duelo te lo daría, pero si pierdes, volverás a tu casa sin rechistar- Mario, que siempre estaba dispuesto a luchar y, sobretodo si era por su amada, desenfundó su espada de goma y comenzó la batalla, el combate fue bastante corto porque, nada más comenzar, el vendedor de pócimas de amor, le propinó un golpe que le dejó semiinconsciente, así que malherido y desengañado, volvió a su casa donde le esperaba su madre para castigarle doblemente y,ya en su cama, recuperó la cordura:
-Malditos videojuegos, ellos me han hecho perder la cordura, pero me encuentro ya muerto de cansancio y con tal castigo que creo que esta será la última aventura de mi vida.
Y permació, lo que restó de la estancia en su pueblo, además tuvo que pedir perdón a todos aquellos que había hecho mal, menos a su hermano, que se rió de él hasta el fin de los días. Como no había conquistado ningún castillo y no quería problemas con su hermanita, le compró un castillo... de playmobil.
Y aquí termina la historia de este Quijote urbano, que, sin una mejor causa que don Alfonso Quijano, se echó a la calle para rescatar a su amada.

FIN

Nahuel Pinto Cavilla 2º ESO L